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Como también ella tiene el pelo fino siempre me recomienda utilizar los champús más naturales posibles, cosa que a veces es complicado porque buscamos que no nos apelmacen, que nos de más volumen, y sobre todo que nos lo dejen nutrido pero sin engrasar.
La semana pasada precisamente iba buscando un champú en una tienda especializada y me fui con las manos vacías, porque cuando veía alguno que parecía cumplir con algunos de los requisitos miraba la lista de ingredientes y se me caía el alma a los pies.
Y todo esto viene a cuento de que la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) acaba de sacar un estudio que revela que aquellos champús que se venden como "reparadores" no funcionan, por lo menos en lo que respecta a "reconstruir" la fibra capilar. Esto no quiere decir que sean malos, todo lo contrario, cumplen con parte de lo que prometen: lavan el cabello, y lo acondicionan para que quede suave, brillante y manejable.
Para hacer tal afirmación, la OCU ha realizado un examen de laboratorio de 14 champús que se venden con dichos atributos especiales, y además de llegar a la conclusión antes expuesta nos alertan que algunos de los ingredientes que contienen estos productos pueden ser alérgenos, como el BMHCA (Butylphenyl methyl propional o Lilial), que han encontrado en 6 de los productos analizados, o también en los perfumes que contienen todos ellos.
Es curioso que, mientras nos fijamos bastante en las etiquetas de los alimentos y los productos que contienen -no hay más que recordar la reciente polémica que surgió respecto al uso del aceite de palma, y el gran boicot que se realizaba contra los productos que lo contenían- parece que no nos tomamos la misma molestia respecto los productos de estética ¿por qué? ¿desconocimiento de los términos químicos? ¿abuso por parte de los fabricantes de nombres que no conocen casi ni ellos mismos? Al igual que sucede con los productos de limpieza, que el Ministerio de Sanidad y Consumo obliga a incorporar en el etiquetado advertencias cuando algunos ingredientes pueden causar alergia o intoxicación ¿por qué no se hace lo mismo con estos artículos estéticos? ¿tiene menos peligro que un niño se beba un champú que se beba una botella de detergente? personalmente no lo creo.
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Es curioso que, mientras nos fijamos bastante en las etiquetas de los alimentos y los productos que contienen -no hay más que recordar la reciente polémica que surgió respecto al uso del aceite de palma, y el gran boicot que se realizaba contra los productos que lo contenían- parece que no nos tomamos la misma molestia respecto los productos de estética ¿por qué? ¿desconocimiento de los términos químicos? ¿abuso por parte de los fabricantes de nombres que no conocen casi ni ellos mismos? Al igual que sucede con los productos de limpieza, que el Ministerio de Sanidad y Consumo obliga a incorporar en el etiquetado advertencias cuando algunos ingredientes pueden causar alergia o intoxicación ¿por qué no se hace lo mismo con estos artículos estéticos? ¿tiene menos peligro que un niño se beba un champú que se beba una botella de detergente? personalmente no lo creo.